17 abr 2008

Para Defender el Petróleo

Machetearte

Retomar la Experiencia del CGH

Por Encendiendo Conciencias

Casi una década ha pasado del comienzo de aquella lucha dada por los estudiantes en contra de la privatización de la máxima casa de estudios: la UNAM. No está de más hacer una remembranza de aquella batalla que aconteció en 1999-2000. Ante el intento de la privatización del sector energético en el país, es posible tomar aquella huelga como ejemplo de una lucha que puede salir triunfante.

En 1999 las autoridades de la UNAM , coludidas con el gobierno, lanzaron una de las agresiones más fuertes en contra de los universitarios y posibles universitarios al intentar aumentar las cuotas y expulsar a la mayor cantidad de alumnos mediante los límites a la permanencia dentro de la universidad, entre otras medidas. La respuesta de la comunidad universitaria en su mayoría fue de rechazo total a la implantación de tales medidas, lo cual llevaría al entallamiento de la huelga y a la conformación del Consejo General de Huelga (CGH) en momentos en que la lucha estudiantil a favor de la gratuidad de la educación tomaba mayor fuerza y resonaba en todos los rincones de este país.

Ante la subordinación y lacayismo del gobierno mexicano y las autoridades universitarias a las órdenes dictadas desde organismos internacionales como Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, los estudiantes y el pueblo en general salieron en defensa de uno de los derechos más elementales: la educación gratuita. Los poderosos recurrieron entonces a argumentos burdos y falaces para justificar la privatización de la Universidad : Que la UNAM ya no se podía mantener con los 20 centavos de cuota, que necesitaba mayores ingresos y por ello los alumnos (y no el gobierno como es su obligación) tendrían que pagar elevadas colegiaturas.

La campaña para aislar a los estudiantes del pueblo de México no resultó, así que recurrieron reiteradamente a la represión para doblegar la resistencia estudiantil. En ese entonces las agresiones por parte del gobierno fueron encaradas con la organización popular, fueron miles de brigadas estudiantiles por toda la ciudad y en algunos estados, que fueron creando un cerco popular que impedía al gobierno lanzar toda su saña contra la huelga.

Quizá la más importante lección de la huelga universitaria de 99-2000, fue que la firmeza y la resistencia pueden rendir frutos. El CGH no se quedó a la mitad en esa lucha a pesar de las amenazas de represión, no planteó negociar la gratuidad de la educación a cambio de prebendas políticas, se mantuvo firme y movilizado para lograr la solución de sus demandas, se rodeó de apoyo popular y acudió a todos los espacios de discusión que logró abrir. El resultado lo conocemos todos: aún cuando la huelga fue rota por la PFP , hoy la UNAM sigue siendo pública, gratuita y una posibilidad para miles de jóvenes que sin esta institución no tendrían acceso a la educación.

Hace nueve años intentaron quitarnos a la Universidad , lo intentarán de nuevo no sólo con esta institución educativa. En estos días estamos viendo cómo el gobierno no se ha cansado de repetir hasta la nausea que otra institución que fue expropiada y pasó a manos del país en 1938, PEMEX, está al borde del colapso económico y que por ello es necesaria la inversión del capital extranjero. Mañosamente quieren hacernos creer que no se trata de una privatización, que es simplemente una ayuda para hacer crecer una de las empresas petroleras más importantes del mundo.

Son los mismos argumentos que utilizaron en su intento de entregar la Universidad a los dueños del dinero, sin embargo, se ha demostrado que eran falsos, puesto que la UNAM no ha colapsado. Mientras escuchamos argumentos absurdos que dicen que no hay dinero para la educación o para invertir en los recursos energéticos del país, los políticos y empresarios continúan enriqueciéndose con el dinero que el pueblo trabajador produce y que debería de servir para sostener la educación, la seguridad social, etc. Sabemos muy bien de qué hablan en realidad, conocemos cuáles son los intereses detrás de estas inversiones extranjeras que se pretenden realizar.

La lucha en defensa del petróleo como un patrimonio de todos los mexicanos, no puede hoy quedarse a la mitad, el esfuerzo de muchos mexicanos que se han sumado a la resistencia no puede ser negociado tras bambalinas por unos cuantos, la firmeza debe ser la guía para vencer los intereses de las grandes compañías transnacionales. Por muy poderoso que sean los enemigos, la organización popular es capaz de derrotarlos, que no quepa duda.

Es importante señalar que pese a la gigantesca lucha que se dio en defensa de la UNAM , esta pelea no ha terminado; las embestidas en contra de la comunidad universitaria continúan avanzando. Es cierto que en la UNAM se paga una cuota de inscripción de 20 centavos con la cual se tiene acceso a todos los servicios que esta institución proporciona, pero al mismo tiempo en varias las escuelas de la universidad, ahí donde las autoridades no encuentran resistencia, continúan existiendo cobros ilegales. Ejemplos hay muchos: cobros por credenciales, por exámenes, cursos, talleres, diplomados, seminarios, por uso de equipo de cómputo, etc.

Aún existiendo estas muestras evidentes de que la educación no es del todo gratuita, el nuevo rector José Narro (quien participó directamente en la represión contra los estudiantes), se jacta de que la Universidad es una institución pública. Detrás del discurso las autoridades siguen persiguiendo el sueño de cerrar las aulas a las masas, para dejarla en manos de unos cuantos que tengan los recursos económicos para pagar por una educación que indiscutiblemente debe ser gratuita y para todos sin excepción.

La vía que podemos vislumbrar, en la defensa de la UNAM , del petróleo y de todos los derechos y los recursos de los mexicanos, es el de la lucha constante, pelear sin tregua en contra de todos estos golpes que desde arriba dan.

Hay la experiencia de muchas movilizaciones sociales fuertes y en concreto la huelga universitaria del 1999-2000 que demostró que la firmeza y consecuencia, junto a la fuerte organización de diversos sectores de la sociedad, pueden llevar a que una lucha de tan enorme magnitud salga triunfante y trascienda en la historia como una victoria de los de abajo.
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Los anarquistas llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones, ese mundo esta creciendo en este instante -Durruti-