3 abr 2008

Una carretera amenaza el territorio huichol

Conchi Piñeiro

El 11 de febrero, más de 900 indígenas de la comunidad huichola de Santa Catarina Cuexcomatitlán iniciaron una acampada de protesta frente a la maquinaria responsable de la construcción de una carretera que tiene previsto atravesar su territorio. Al principio y durante casi tres semanas, el campamento tuvo forma de asamblea permanente y ahora, después de que se consiguiera parar temporal y parcialmente la obra, se hacen turnos de vigilancia de unas 30 personas. Las máquinas siguen ahí.

Varios meses antes, este colectivo había manifestado su oposición al proyecto, y denuncia la existencia de un documento falsificado que pretende recoger la autorización de miembros de la comunidad reunidos en asamblea que, supuestamente, permite la construcción del tramo de carretera que transcurre por su territorio (19 km de los 137 km totales del proyecto). Buscando una solución institucional, los indígenas han dirigido escritos a diversas instancias gubernamentales para explicar los impactos ambientales que conlleva la obra y exigir que se invalide la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que la autoriza y se clausure este proyecto, que califican de “ilegal”. Una ilegalidad que se manifiesta en el hecho de que nunca hubo una consulta con la comunidad para su realización (paso previo a la MIA) y las obras se iniciaron sin el permiso de cambio de uso del suelo forestal, obligatorio según la normativa ambiental. Además de violar esta legislación mexicana, el plan incumple acuerdos internacionales como el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes, vigente desde 1989 y que ha sido ratificado por México. La Sierra Huichola posee un gran valor ambiental, tanto desde el punto de vista ecosistémico, como desde el de las especies amenazadas o en peligro de extinción. No en vano está protegida por al menos cuatro figuras diferentes de conservación ambiental reconocidas por las instituciones mexicanas.

La carretera pretende ser un “proyecto de desarrollo”, algo que resulta muy dudoso a tenor del rechazo social que ha generado y del impacto ambiental irreversible que supone. Su construcción ya ha provocado daños ecológicos, además de destruir viviendas e infraestructuras, pero su posible continuación amenaza ahora bosques y manantiales pertenecientes a la comunidad de Santa Catarina, muchos de los cuales son lugares sagrados desde la cosmovisión huichola. Según la o­nG local Conservación Humana, la población huichola cuenta con unas 18.000 personas en un territorio de más de 400.000 hectáreas, al sur de la Sierra Madre Occidental. Con una lengua propia (el huixárica, que no tiene escritura), representa una de las culturas nativas que ha sobrevivido con mayor vitalidad en América, gracias a la compleja topografía de su territorio, su organización política autónoma y su adaptación al contexto histórico.
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Los anarquistas llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones, ese mundo esta creciendo en este instante -Durruti-