8 may 2008

¡Alerta con los Refrescos de Cola!

Machetearte

Los orígenes del refresco de cola se encuentran en una bebida muy popular inventada en Atlanta, EU, en 1886, por el farmacólogo John Styth Pemberton, quien buscando una cura para el dolor de cabeza y la cruda, mezcló una serie de ingredientes, entre ellas estaban:
Hojas de coca: planta cultivada en América del Sur y consumida por los indígenas de las regiones cercanas a los Andes; es rica en calorías. De ella se obtiene, tras un proceso químico, la cocaína.
Nuez de cola: fruto tropical llevado a América por los esclavos africanos, quienes reconocían en él la capacidad de estimular fuerza muscular y combatir el insomnio, estimulante mental y sexual debido al efecto de su compuesto esencial, cafeína.
Como podrás imaginarte, la bebida tuvo un impacto formidable, al grado de que se comenzó a embotellar en 1894 para su venta en todo el país; cabe aclarar que sería hasta 1903 cuando se decidió modificar su fórmula original. Con el paso del tiempo, la industrialización del producto ha traído la incorporación de conservadores y otros ingredientes.
Según la AMEDEC, (Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor) el consumo de refrescos de cola "constituye la más grave distorsión de nuestros hábitos de alimentación, pues además de que lleva a la ingestión de calorías vacías, es decir, con cero proteínas, vitaminas y minerales, a la larga provoca pérdida del apetito y malnutrición". Lo preocupante de todo esto es que México está entre los tres países de mayor consumo de refrescos de cola (160 litros por habitante, al año: el equivalente a 9 garrafones o 9 cubetas o, simple y sencillamente casi lo de un barril de petróleo) lo cual habla del estado de salud de los consumidores; entérate por qué.
Uno de los principales compuestos de la bebida de cola es el ácido fosfórico, empleado como aditivo y cuyo efecto en el organismo es desmineralizante de la estructura ósea, ya que el fósforo obstaculiza la absorción de calcio por parte del cuerpo; en otras palabras descalcifica y produce osteoporosis.
Por si fuera poco, la combinación del mismo ácido fosfático con azúcar refinada y fructuosa dificulta la absorción de hierro en el organismo, lo cual conduce a anemia; por lo que se recomienda que niños, adultos mayores y embarazadas, no consuman nunca estas bebidas y mucho menos al momento de las comidas.
Por otra parte, los azúcares contenidos en el refresco colaboran en la formación de la placa dentobacteriana, la cual contiene microorganismos que paulatinamente disuelven el esmalte que cubre las piezas dentales debilitándolas y afectando su pulpa hasta producir caries.
El gas carbónico da el sabor ácido y fresco que atenúa el gusto dulce en algunos paladares, ‘’es causa de adicción psicológica’’, asegura AMEDEC.
Otro de los ingredientes de esta bebida es la cafeína, producto obtenido principalmente del café, pero también se extrae de otros frutos o plantas; se trata de una sustancia que causa excitación y produce efectos como una sensación agradable en el organismo, además de pulso cardiaco más amplio y fuerte, aumentando la tensión arterial; estimula al sistema nervioso, quitando el sueño sintiendo facilidad para el trabajo intelectual y actividad muscular, pues disminuye la sensación de cansancio.
Sin embargo, si las cantidades ingeridas son elevadas (400 a 600 miligramos diarios), puede dar lugar a taquicardia, insomnio, dolor de cabeza, temblores y crisis de ansiedad. Los especialistas reconocen que la cafeína, como droga adictiva, tomada en frío acelera su acción, lo que explica la razón de que millones de personas en el mundo no pueden vivir sin beber refrescos de cola (una lata de esta bebida contiene aproximadamente 50 miligramos de cafeína).
Esta sustancia aumenta las secreciones digestivas, lo cual puede propiciar úlceras o gastritis (inflamación e irritación de la mucosa gástrica), efecto que se incrementa al mezclar esta sustancia con gas carbónico (responsable de las burbujas características) y el ácido fosfórico.
El aditivo e-150 —que proporciona el característico color negro a los refrescos de cola— ha sido asociado a deficiencia de vitamina B6 ( ojo la Vitamina B6 contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso central/cerebro), así como a hiperactividad (niños y adultos hiperquinéticos) y alto nivel de glucosa en sangre.
Los refrescos (no sólo los de cola) están compuestos básicamente de azúcares como sacarosa, glucosa y fructosa, los cuales representan la energía que el organismo necesita para funcionar. Cuando éste no alcanza a consumir todo lo ingerido, los que permanecen son transformados en grasas que se acumulan en el cuerpo, dando pie a sobrepeso, obesidad y derivando como consecuencia a diabetes, hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia, el daño renal conlleva como consecuencia trastornos hipertensivos o cardiovasculares.
Hay estudios que afirman que una persona que consume un litro de refresco al día, al cabo de tres semanas habrá aumentado un kilogramo de peso. Actualmente, los fabricantes de refrescos de cola ofrecen al consumidor alternativas: como las variedades llamadas sin calorías o light, que sustituyen el azúcar común por edulcorantes no calóricos (ciclamato, sacarina o aspartame), “supuestamente adecuadas” para personas que llevan a cabo regímenes de control de peso o que padecen diabetes o elevados niveles de triglicéridos y colesterol. Éstos aportan apenas una caloría por ingesta, pero las cantidades de cafeína, fósforo y demás sustancias son las mismas.
Finalmente, hay que señalar que los efectos nocivos mencionados varían de persona a persona.
Fuente: Voz del Colegio, UNAM. Gaceta No. 1048
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Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.