29 may 2008

Carta de Natalja,activista presa en Munich-Alemania

Está acusada de resistencia violenta ante la policía y tras su detención, el juez decidió su ingreso en prisión preventiva en la cárcel de München. Natalja ya fue arrestada el pasado verano durante las manifestaciones contra el G8 y condenada a 10 meses de cárcel. También está a espera de un tercer juicio por su participación en la manifestación del Primero de Mayo del año pasado donde también fue arrestada. Parece ser que va a tener que estar un tiempo en prisión. Durante el último mes, no ha recibido ninguna visita y el 30 de Abril tendrá lugar el juicio en München.

Aquí publicamos una carta escrita recientemente por ella desde la cárcel:

" Fui a Munich ( la capital de Bavaria, en el sur de Alemania, conocida por la tradicional ‘oktoberfest’) para participar en la manifestación contra la conferencia de guerra de la OTAN, oficialmente denominada "conferencia de seguridad" que tiene lugar en esta ciudad cada mes de Febrero. Es un encuentro de primeros ministros, líderes políticos, militares y miembros de los lobbys militares, los cuales son invitados por la fundación "Quandt".La familia Quandt es uno de los mayores accionistas del grupo BMW, una empresa que fabrica no sólo coches sino también equipamiento militar como vehículos de guerra y armas y cuyas raíces de su riqueza e influencia se remontan a la industria química y la explotación de los presos en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial.

A pesar del carácter "privado/comercial" que en el fondo tiene la conferencia, los hombre y mujeres "de honor" que allí se encuentran, son considerados huéspedes oficiales de la República Federal de Alemania y el ejército Alemán (Bundeswehr) es el encargado del acomodo.
Lo primero que debo decir es que estoy avergonzada de mi propio e insoportable comportamiento pasivo aquí dentro. Estoy confrontada con un espacio artificial construido para controlar a las personas y adaptarlas a un modo de vida que parece estar congelado.

La cárcel es una compleja estructura de humillación, vacío, intimidación y presión.
Aprendo de las situaciones personales de las personas que están aquí encerradas y siento las tragedias de los denominados "inmigrantes ilegales", siento lo que debe ser esperar entre barrotes a ser deportado, que es lo que hacen aquí muchas mujeres, mientras permanecen aisladas y desasistidas.
Esa es mi situación.- ¿Y mi reacción? No reacciono, no actúo, sólo soy y estoy.
Lo único que hago es dejar que el tiempo pase y no dejar que las cosas me toquen muy de cerca.
Para mí, el encarcelamiento llegó como una especie de shock que poco a poca va desapareciendo. Este shock ha sido reemplazado por un constante sentimiento de angustia, que sin embargo, permanece en mi interior cubierto por una fina capa y se manifiesta en forma de cansancio continuo y aburrimiento.
Por el momento me encuentro en una celda de la tercera planta y no comparto la celda con nadie, lo cual me alegra. Permanecer 22 horas al día sola es un gran problema, pero no ser capaz de tener tiempo para mi misma, no tener capacidad de disfrutar al menos de 5 minutos durante meses, sería incluso un problema mayor.

Los días comienzan a las 6 de la mañana (a las 7 los fines de semana), los guardas encienden la luz ya que no hay enchufe dentro de las celdas. Las puertas permanecen cerradas, pero nos ofrecen te o café a través de un hueco que se abre en la puerta, pero que se cierra tras servirnos. A las 8 menos cuarto, las puertas se abren y las presas obtienen ropa interior limpia. Lo primero que tenemos que entregarles es la ropa interior usada así que tenemos que permanecen en albornoz durante este proceso. Entre las diez menos cuarto y las once menos cuarto, permanecemos una hora en el exterior. El patio de la cárcel está situado en el centro de la misma, lo que hace imposible ver nada que no sean barrotes, vallas, muros, un pequeño espacio de cielo y algo de hierba junto a un pequeño árbol. Desafortunadamente, debemos de caminar en la sombra ya que el sol no consigue penetrar en el interior del patio. La verdad es que esto parece una pequeña cueva. Sobre las 11 tomamos el almuerzo. Siempre espero impacientemente hasta las tres y media que es cuando vuelven a abrir la puerta y esta permanece abierta durante otra hora durante la cual puedo acercarme a la puerta de al lado y visitar a mis vecinas, puedes vaciar tu papelera o ir a buscar papel higiénico.

Las presas no pueden organizar nada a su manera, por lo que si algo necesita ser organizado o se tiene una necesidad concreta, se ha de rellenar un formulario especial, y claro, primero debes de solicitar ese formulario y normalmente esta hora es la única en que puedes gestionar todo esto.
Seis minutos antes de que las puertas se cierren, nos vuelven a dar te o café, así como la cena y el desayuno de la mañana siguiente. A las 10 de la noche los guardas apagan las luces.
Nos duchamos 3 veces a la semana lo que nos permite otro momento para charlar ya que permanecemos en una sala mientras esperamos nuestro turno (durante los fines de semana la rutina diaria cambia un poco).
Esta descripción de la rutina es un poco abstracta y superficial pero a lo mejor os puede dar una idea de cómo es esto.

Es duro hablar sobre la vida social aquí, en general. La comunidad de mujeres encarceladas aquí está llena de contrastes y contradicciones y cada una de las mujeres vive esa sociabilidad de forma diferente, dependiendo de su situación individual y forma de ver las cosas.
Hay una fuerte solidaridad entre las mujeres presas así como acosos, hay alianzas tácticas así como amistadas reales.

Todas estamos solas de una u otra forma y casi todas las mujeres esconden sus sentimientos y hacen lo posible por que se les entienda y escuche. Hay una fuerte presión social para pretender mostrar que eres fuerte y guardar las emociones para ti misma. Nadie quiere hablar de su profunda tristeza o preocupación (Muchas de las mujeres están lejos de sus hijos que les han sido arrebatados). Pero como sea, esto no quiere decir que permanezcamos distantes las unas de las otras. Unas a otras nos damos fuerza, calor, simpatía, coraje y compasión. Y así como fuera de los muros, la posibilidad de los bienes materiales está determinada por una jerarquía basada en la riqueza de cada persona y eso es un factor a tener muy en cuenta aquí dentro.
Aquí todas andan buscando alguna cosa novedosa o interesante, alguna noticia o alguna persona que sea un rayo de color en la gris rutina de la cárcel. (…)"

Natalia permanece en la cárcel de München-Munich y pronto os daremos su dirección.
Ayúdanos a difundir esta información.

La solidaridad es nuestra arma.
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Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.