16 may 2008

El Operativo Militar en Sinaloa y la privatización del petróleo en México

Malandro-Para Kaos en la Red

El Gobierno de FECAL en México insiste en legitimarse por la vía de las armas, para lo cual no duda en usar las redes de complicidad con el narcotráfico y desatar la psicosis en la población producto del “enfrentamiento” de los distintos carteles que pululan en todo el país.

La campaña mediática desplegada para distraer a la población ante el proceso de privatización del petróleo en México cuenta con varios actores por una parte los poderosos medios de desinformación del país, por otra los cuerpos de represión del estado acompañados de los sicarios de todos los grupos de delincuentes del país, no sólo narcotraficantes, también, traficantes de armas, tratantes de blancas, ladrones comunes, secuestradores y todo tipo de delincuente de cuello blanco.

Como parte de esta burda maniobra se está presentando en Sinaloa un operativo militar de gran envergadura bajo el nombre “Culiacán- Navolato” con el despliegue de tres mil efectivos del ejército, la marina y la AFI; encargados de ser la punta de lanza de una campaña mediática de legitimación del poder de FECAL, poder con el que se busca sortaer el desgate del partido Acción Nacional con la privatización del petróleo en México.

Juan Camilo Mouriño, el flamante secretario “goberjunior” de la secretaría de gobernación se ha encargado de presidir la reunión del gabinete de seguridad en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, con un discurso que llama a la unidad de la población para detener al “crimen organizado”, Mouriño mal leyó un discurso lleno de arenga falangista, propio de lo más rancio de la derecha de la península Ibérica.

El joven Camilo fiel lacayo de sus intereses familiares en el petróleo mexicano y de la oligarquía española, representa en México una obra de teatro a la perfección, la cual lleva por título “robarle el dulce al niño” o “los espejos de la neoconquista”, cuya primera escena, “el tesorito del golfo” se pasmo en los multiples escándalos de tráfico de influencia en los que el flamante junior se ha visto involucrado.

Pero ahora como parte de esta nueva puesta en escena veremos no sólo la represión, también y con más ahincó como las estructuras del estado (universidades, centros médicos, sindicatos blancos, colegios de profesionistas, partidos, escuelas e iglesias) se constriñe todos los espacios de debate social y se agudiza la persecución de los opositores y los luchadores sociales; pues, no es de extrañar que esta nueva escalada de violencia de estado se presenta en momentos coyunturales claves en los que se requiere de una sociedad activa que denuncia las permanentes atrocidades que se comenten contra el pueblo de México.

En los próximos días seremos testigos de cuantos van a ser los abusos que cometerán los militares en las ciudades de Sinaloa bajo la óptica de intimidar a la población y legitimar la lógica del miedo como forma de que prevalezca un desplazamiento nacional de tropas previendo el descontento social ante la eventual entrega de los recursos nacionales.

En México hay una revolución en ciernes, poco a poco se orilla a la población a una situación de indefensión en la que las violaciones de lesa humanidad son la noticia de todos los días, generando un clima de terror en la población que reduce a sus miembros a un “soy un buen ciudadano si algo le pasa a otra persona es porque andaba en malos pasos”, una frase que encierra la impunidad con la que actúa el gobierno en todo el país.

Sinaloa vive momentos de incertidumbre en los que la crisis moral y cultural de sus gobernantes y gobernados se cruza con la descomposición de las estructuras del estado mexicano, un estado inoperante para garantizar bienestar a su población, pero que asegura la impunidad para los miembros de la oligarquía nacional y extranjera.

Es preciso no permitirse la distracción del aspecto principal que encierra este “ataque” contra el narcotráfico en México y es el de imponer el control económico, político y militar del llamado Plan Mérida firmado bajo los auspicios de la extrema derecha norteamericana.

México y los mexicanos nos encontramos ante un serio peligro de guerra, desatada desde el estado, ya no en una lenta sangría de su población, sino en el enfrentamiento abierto de los poderes facticos que detentan el poder en el país: el narcotráfico y la narcopolítica.

¿De qué manera detener este futuro incierto? Es lamentable, pero la realidad nos está imponiendo condiciones que no dejan lugar a dudas, la salida no es de ninguna forma el aislamiento de los grupos revolucionarios, es necesario insistir que este es un momento en el que la acción armada se debe reforzar con acciones que movilicen a la población, considerando siempre que la oligarquía del país ha desatado ya a los cuerpos represores.

Sólo la movilización puede desenmascarar una ofensiva de odio y muerte como la que despliega en estos momentos FECAL en todo el país, no es posible pensar que por la vía de la simple indignación de podrá impedir que la derecha detenga su ofensiva de genocidio.

Esta estrategia de terror en Sinaloa, es un nuevo momento en un plan detallado para desmantelar las redes de confabulación que se organizan en todo el país encontrar de una oligarquía que ha alcanzado ya grados de descomposición que la hacen inviable como “clase política” en el país.

Analizar a cabalidad el momento político y social de la población nos permitirá dibujar de cuerpo entero al órgano de represión de los grupos que desde el poder manipulan el temor de la población y confabulan contra el pueblo de México, quiens no conformes con orillar a la población a la indefensión, actuan también pensando, en una lógica perversa, en las elecciones norteamericanas, al buscar fortalecer, con las noticiasla de terror desde México, la candidatura de uno u otro partido en los estados unidos, aumentando la psicosis del pueblo americano hacia los inmigrantes mexicanos y con ello asegurar el apoyo electoral.

México es un apéndice de los EEUU, y su política interna repercute en la percepción política de los estadounidenses, la lógica de quienes administran al país es la lógica de la colonización y sus fracasos y triunfos son el resultado de un mal guión de una película barata de los “hermanos Almada”, en la que existe una superposición de realidad, un juego perverso en el que el temor es la mercancía a exportar.

Son demasiados los aspectos con los que juegan los oligarcas en México, su apetito de poder es insaciable, su deseo de control de la población raya en la demencia, su intención por vender todos los recursos del país nos indica claramente que esta clase en permanente descomposición está dispuesta a todo con tal de mantener sus privilegios, sólo espero que los revolucionarios entendamos y estemos dispuestos a afrontar el nivel de sacrificio que nos exige ser consecuentes en una lucha frontal con quienes nos despojan de todo futuro.
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Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.