6 may 2008

El segundo asesinato de Sean Bell

Fue un momento clásico ––algo que se da sólo en Estados Unidos: el juicio sin jurado de tres policías asesinos de la ciudad de Nueva York, acusados de disparar 50 balas al interior de un coche, matando a un joven, Sean Bell, e hiriendo a dos más, ninguno de los cuales portaba arma de fuego. Las noticias se difundieron por el país en cuestión de minutos, provocando una fuerte indignación en todas las ciudades.

Al principio, los policías presentaron una demanda para cambiar el sitio del juicio a un área rural en el norte del estado. Cuando esta demanda les fue denegada, optaron por un juicio sin jurado, presidido por un solo juez, porque no querían dejar su futuro en manos de un jurado popular, compuesto de los ciudadanos a los que ellos habían jurado servir y proteger.

El tiempo, parece, ha demostrado que ellos tomaron la decisión correcta; como era de esperar, el juez los absolvió de todos los cargos, diciendo que los testigos dieron testimonio contradictorio. En efecto, la corte dictaminó que el asesinato de Bell fue justificado: los policías no cometieron ningún crimen.

La defensa planteó el argumento de las “malas compañías”: Bell fue asesinado a balazos porque andaba con “gente indeseable”.

El hecho de que dicho argumento haya convencido al juez de la Suprema Corte** Arthur Cooperman, refleja el nivel de devaluación de la vida de los Negros y la facilidad de demonizar y menospreciar a los hombres negros.

Si los policías no conocían a los jóvenes, ¿qué importaban sus antecedentes? Podrían haber sido abogados, estrellas de basquetbol o... policías. Ser hombres negros, aun cuando no portaban armas, fue motivo para dispararles, porque en este país su color constituía su crimen. Entonces, Sean Bell, un joven de 22 años, ahora comparte con Amadou Diallo y muchas otras personas el delito capital de ASB—Andar Siendo Negro.

Mientras millones de estadounidenses, negros y blancos, se emocionan con las ilusiones políticas del “post racialismo”, el caso de Sean Bell demuestra que la raza de una persona todavía puede ser profundamente letal.

Sólo unos rumores de posesión de armas sirvieron para justificar los 50 disparos, o debemos decir “supuestos rumores”, porque no encontraron una sola arma en el coche de Bell. En el pasado, una cartera, una barrita de chocolate, una llave o una cajetilla de cigarros servía como pretexto para la reacción malévola de los policías. Ahora no hace falta pretexto alguno. Nada.

Sean Bell fue asesinado a balazos y sus amigos, Joseph Guzman y Trent Benerfield gravemente heridos. Asesinado a balazos por estar con “gente indeseable”.

* Joven asesinado por la policía de la ciudad de Nueva York cuando festejaba su despedida de soltero con unos amigos

**A diferencia de los otros estados, en el estado de Nueva York, el tribunal de juicio se llama la Suprema Corte, mientras el tribunal más alto del estado se llama la Corte de Apelaciones.

Desde el corredor de la muerte soy Mumia Abu-Jamal

Ensayo escrito el 25 de abril, 2008-05-06

2008 Mumia Abu-Jamal
--------------------------------------------
Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.