4 may 2008

¡Este día no es de fiesta! ¡Es de lucha y protesta!

Por Sandra Torres y Lourdes Godínez

México DF, 1 de mayo 08 (CIMAC).- “¡Este día no es de fiesta! ¡Es de lucha y protesta!”, gritaba una mujer del Sindicato del Frente Campesino Francisco Villa al iniciar esta mañana la marcha conmemorativa del Día Internacional del Trabajo en la Ciudad de México, que en esta ocasión tuvo como demandas principales un “no a la reforma laboral y energética”.

En punto de las diez de la mañana se empezaron a organizar los contingentes, alrededor de 200 organizaciones sindicales y sociales independientes, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Frente Sindical Mexicano, entre otros, saldrían de puntos estratégicos de la ciudad: el Ángel de la Independencia, en avenida reforma; el monumento a la Revolución; el Hemiciclo a Juárez y el Palacio de Bellas Artes, en el centro Histórico, y la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.

Paso a paso, cada uno de los contingentes marchaba por Reforma hasta llegar a la plancha del zócalo capitalino. Las mujeres avanzaban dispersas en varios de los contingentes, organizadas y en grupo en otros como los sindicatos del Seguro Social, telefonistas, electricistas, mineros y sobrecargos aéreos, en pie de lucha, sosteniendo mantas en reclamo por mejoras laborales y el respeto a la autonomía sindical.

Muchas de ellas llevaban de la mano a hijas e hijos, empujaban carreolas, los cargaban en brazos y hombros, se dejaban oír sus gritos y consignas a una voz: “¡La patria no se vende!”.

Al frente del contingente de la sección 271, del Sindicato Nacional Minero, iban las mujeres, eran pocas pero combativas gritando, una y otra vez: “¡De norte a sur. De este a oeste. Ganaremos esta lucha. Cueste lo que cueste!”

Con playeras rojas y mantas en contra de la privatización a la empresa Petróleos Mexicanos, un grupo de mujeres comentó a Cimacnoticias “vamos al frente porque estamos luchando por incrementar la plantilla de obreras en la minería y porque representamos a muchas de las mujeres que han perdido a sus esposos en este riesgoso trabajo”.

Entre los mineros y electricistas un pequeño contingente de alrededor de 100 mujeres caminaban en silencio, un silencio de reclamo, por la defensa de su fuente de trabajo en las calles de Circunvalación, en el barrio de La Merced, en los alrededores del centro Histórico de la Ciudad de México. “El servicio sexual es un trabajo, pese a quien le pese, y nuestra lucha es por que se nos provea del servicio de salud y se respete nuestras garantías individuales”, explicaron a Cimacnoticias.

Una manta donde se leía “Perdí mi cuerpo, ahora lluevo sobre la ciudad” iba al frente del contingente. Una decena de mujeres mostraba carteles en demanda de justicia para una de sus compañeras que fue violada y robada por un militar quien sobornó a los agentes de la policía para que la acusaran. Ahora ella se encuentra encarcelada, la acusan de haber robado y agredido a su agresor.

En otro contingente, mujeres y hombres de la cooperativa de refrescos Pascual gritaban: “¡No somos acarreados! ¡Estamos organizados!”, al frente una banda de guerra y tres banderas: al centro la de México, a la derecha la de la cooperativa y a la izquierda una con los colores de la bandera de la diversidad sexual, que ondeaba una mujer.

Desde un camión acondicionado con bocinas se escuchaba la voz de una mujer mayor que, con enojo, advertía: “Ahora la lucha es por la defensa de la soberanía del país, con el petróleo no te hubieras metido Felipe (Calderón), vale mas morir de pie que vivir arrodillado, esta vez si no hay solución, habrá revolución”.

En el cruce de reforma y Juárez una madre y su hijo de 6 años repartían volantes de la Coordinadora de Trabajadores y Organizaciones en Defensa del ISSSTE y la Coordinadora Sindical Independiente y democrática.

Obreras de Duro de México, empresa americana que se dedica a la fabricación de focos, también se hizo presente con un grupo de 20 mujeres que marchaban por una demanda de igualdad de condiciones laborales con los hombres, alrededor de 150, y por el aumento en la plantilla de mano de obra femenina.

En el contingente de más de un centenar de trabajadores de Industria Corona de Plástico, empresa que se encuentra en Toluca, Estado de México, se distingue el grito de 70 mujeres “¡Felipe entiende la patria no se vende!

Alrededor de las 12 del día, el sindicato de bomberos de la Ciudad de México hizo su arribo al zócalo capitalino. En toda la Plaza de la Constitución se escucha la sirena de anuncia su llegada. En sus mantas demandan mejores unidades, equipamiento y capacitación. Hay pocas mujeres, pero están presentes con su equipo y mochilas al hombro. Son muchos las y los niños en este contingente, los hijos de estos trabajadores que se ven contentos montados en las camionetas que sus padres usan todos los días apagando incendios y salvando vidas.

“¡Ya vamos llegando! ¡Felipe está temblando!”, consigna que repetía cada contingente, uno a uno entraban a la plancha del zócalo, como ya es tradicional dejaban un espacio entre ellos para hacer su entrada corriendo y caminar hacia el templete, donde se encuentran sus dirigentes dándoles la bienvenida.

SÓLO UNA ORADORA

Luego de la llegada de los primeros contingentes, poco antes de las 11 de la mañana, entre los que se encontraba
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Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.