21 may 2008

Felícitas y Teresa eran periodistas, explican al Subprocurador

Por Guadalupe Gómez Q.

México DF, 21 mayo 08 (CIMAC).- Ante las “dudas” de Juan de Dios Castro Lozano, subprocurador de Derechos Humanos, Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad de la Procuraduría General de la República (PGR), sobre el trabajo que ejercían Felícitas Martínez y Teresa Bautista, periodistas triquis asesinadas el pasado 7 de abril, el Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo (CCPNP), hizo ayer al funcionario algunas consideraciones sobre la razón por la cual les otorgaron post mortem ese reconocimiento.

De igual forma, comparte al funcionario información recabada por personal operativo del CCPNP que, espera, “coadyuve a continuar con las pesquisas pertinentes hasta aclarar cuál fue el móvil y quiénes los autores materiales e intelectuales del asesinato de Felícitas Martínez y Teresa Bautista”, integrantes de la estación radiofónica La Voz que rompe el silencio.

Sobre la labor de las periodistas, el Consejo explica al funcionario que luego de revisar 5 mil trabajos provenientes de toda la República Mexicana, el pasado 22 de abril el Jurado del Premio Nacional de Periodismo encontró en el trabajo de información comunitaria desarrollado por Teresa y Felicitas una singular aportación periodística encaminada a prestar servicios a las poblaciones indígena, en situaciones límite de adversidad, que las llevaron a la muerte en abril de 2008, cuando emprendían un nuevo proyecto de servicio a través de la radio.

El Jurado del Premio Nacional, integrado por Clara Jusidman, Elvira Hernández, Enrique Tamés, Federico Fasano, Gerardo Galarza, Ricardo Alemán, Jorge Volpi, José Carreño, José Luis Perujo, Javier Garza, Carlos Loret de Mola y Roberta Garza, bajo la presidencia de Adela Navarro Bello, acordó por tanto otorgar a las comunicadoras asesinadas dicho Premio en la categoría de Orientación y Servicio a la Sociedad.

De igual forma, el CCPNP retoma algunas líneas del discurso del presidente de su Consejo Directivo, doctor José Morales Orozco, leídas durante la entrega del premio y que intentan explicar también al funcionario la importancia del trabajo periodístico de las comunicadoras.

“El periodismo mexicano de calidad, dijo Morales Orozco, contribuye de manera decisiva a la construcción de una esfera pública, también de calidad, que nos une en la diversidad y en la libertad, a través de informaciones impresas, fotográficas, video-grabadas, o en línea, y a través también de opiniones y análisis editoriales, escritos o gráficos. Es decir, que en los trabajos que hoy son reconocidos, podemos encontrar una estupenda muestra de los mensajes clave del país: los que dan, por así decirlo, la cifra de nuestras tribulaciones, pero también la de nuestras esperanzas”.

Considero preciso detenerme unos instantes en un premio que nos conmueve e interpela, señaló Morales: el otorgado post mortem a Teresa Bautista Merino y a Felícitas Martínez Sánchez, por su singular aportación periodística, encaminada a servir a las poblaciones indígenas de la zona triqui de Oaxaca, que las llevó a la muerte el pasado mes de abril.

“Sé, agregó, que la memoria de Teresa y Felícitas permanecerá fecundando todo esfuerzo por construir una sociedad más justa e igualitaria para las comunidades indígenas de nuestro país; es decir, para todos nosotros. Ellas, de hecho, nos obligan a hacer aquí también una referencia a todos los periodistas asesinados en nuestro país en estos últimos años”.

Señala el CCPNP que leyeron con asombro las declaraciones del Subprocurador, publicadas en la página electrónica del diario La Jornada (http://www.jornada.unam.mx/texto/007n1pol.htm), acerca de que “sí fueron, y no tengo empacho en reconocerlo (las publicaciones periodísticas), un factor que nos hizo reflexionar”, (para atraer el caso, suponemos).

Lamentamos, señala el comunicado del Consejo que “sólo sea por la presión de los medios de comunicación que la autoridad encargada de investigar y aplicar la justicia en nuestro país actué en defensa de nuestros derechos humanos”.

TEORÍAS INFUNDADAS

Demandan también se realicen las investigaciones correspondientes y se agoten los recursos sobre las mismas antes de manifestar teorías sobre el móvil del asesinato, tan infundadas como su explicación de “que en el ataque en el cual perdieron la vida, las dos triquis no llevaban vestidos autóctonos, por lo que se “fortalece” la hipótesis del crimen “derivado de una confusión”.

Personal operativo del CCPNP, afirma el comunicado, así como varios medios de comunicación (periodistas) del país, hemos estado en el poblado de San Juan Copala y la señora Gregoria Agustina Martínez López, abuela de Felícitas, nos mostró el huipil con agujeros que se presumen fueron el resultados de las balas que dieron muerte a Felícitas.

Este huipil, detalla el texto, no fue retenido por las autoridades del Gobierno estatal para los análisis correspondientes, y en un acto de ignorancia (justificada en su totalidad) y bondad, la señora lo lavó y guardó como el único recuerdo de su amada nieta. Sin embargo, es claro que este vestido es pieza fundamental en el proceso de investigación.

MUJERES NO DEBEN SER SILENCIADAS

Por su parte, el Instituto de las Mujeres del Distrito Federal (Inmujeres-DF) se unió al reconocimiento que hace el Premio Nacional de Periodismo 2007 a las comunicadoras triquis asesinadas, quienes integraban la radio comunitaria La Voz que rompe el silencio.

El Premio Nacional de Periodismo, que se otorga bajo las premisas de autonomía, independencia, imparcialidad, pluralidad y responsabilidad a las y los periodistas que sobresalen por su desempeño en el ejercicio cotidiano del derecho ciudadano a estar informado, señala Inmujeres-DF, viene a confirmar y reconocer la labor de las periodistas oaxaqueñas a favor de lo derechos de las mujeres y el resto de la población indígena.

Por ello, el organismo rechaza cualquier tipo de violencia en contra de las mujeres, exige el respeto a los derechos de las comunidades indígenas y la vigencia de las leyes que garantizan la libertad de expresión en nuestro país.

Reconoce también la labor de las periodistas triquis y de las radios comunitarias, “quienes con profesionalismo demostraron que su trabajo está comprometido con las causas justas de libertad, autonomía, ejercicio de los derechos de las mujeres y de las comunidades indígenas”.

Y expresa su solidaridad con la comunidad periodística, exigiendo una investigación que esclarezca el asesinato, que vulnera no sólo la libertad de expresión y el derecho a la información de las comunidades, sino también muestra la violencia que se comete en contra de las mujeres indígenas.

“Rechazamos, finaliza el comunicado, cualquier acción que limite la libertad de expresión y llamamos al Estado Mexicano a garantizar la seguridad de todas las comunicadoras, poniendo fin a las acciones intimidatorias en contra de las mujeres periodistas en todo el país”.
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Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.