26 may 2008

Nadín y Margarita, un año de búsqueda de sus familiares

Por Jessica Cecilia Martínez/corresponsal

Oaxaca, Oax., 26 mayo 08 (CIMAC).- Nadín Reyes Maldonado, hija de Edmundo Reyes Amaya, militante del Ejército Popular Revolucionario (EPR), desaparecido el 25 de mayo de 2007 junto con Gabriel Alberto Cruz Sánchez, reclamó el sábado pasado al Procurador General de Justicia de la entidad una respuesta inmediata por la desaparición de su padre, a quien busca desde que su fotografía apareció en la prensa, en junio de 2007.

"No somos delincuentes, somos hijas, hijos, esposas, nietos que tienen el derecho legítimo de conocer el paradero de quien usted (Procurador) desapareció y, ahora, se deslinda de esa responsabilidad", señaló la integrante del Comité Hasta Encontrarlos al fiscal, durante una manifestación afuera de la Procuraduría General de Justicia del estado, en el municipio conurbado de San Antonio de Cal, al conmemorarse el primer año de la desaparición de ambos militantes del EPR.

En el mismo acto, Margarita Cruz Sánchez, hermana de Gabriel Alberto, es otro militante desaparecido, abandonó su habitual timidez para denunciar el hostigamiento ministerial que ella y sus familiares han padecido desde 2007. "Hostigamiento, amenazas veladas, espionaje telefónico, interrogatorios extraoficiales, son cosas cotidianas", dijo.

Acompañaron a las mujeres, coordinadoras del Comité Hasta Encontralos, un contingente de familiares, amistades y organizaciones de la sociedad civil y de derechos humanos, quienes reiteraron su demanda de presentación con vida de los oaxaqueños detenidos-desaparecidos.

MARGARITA

Margarita Cruz Sánchez se decidió a tomar el micrófono motivada por Nadín, a quien conoció el año pasado de manera circunstancial. Ahora, lanza consignas en una manifestación y exige ver a su hermano, de quien perdió la pista hace 37 años, cuando se fue de la casa ubicada en el Centro Histórico de Oaxaca.

La vida de Mago, como le dicen las y los activistas y periodistas, cambió en forma radical hace doce meses, pues tardó varias semanas antes de demandar públicamente la aparición de Gabriel, ya que "No me gustaba meterme en problemas", comenta.

Le fue difícil reconocer a su hermano en la fotografías de los periódicos, porque han pasado más de tres décadas de que lo vio por última vez. En ellas aparece un hombre adulto bigotón, robusto y de frente amplia, que contrasta con su recuerdo de un hombre “delgado, que practicó box y beisbol, y además era un estudiante disciplinado".

Desconoce si Gabriel tiene esposa, hijos o nietos, pero sus recuerdos siguen vigentes y se le quiebra la voz al recordarlo, junto a sus padres fallecidos.

Su papá, Antonio Cruz Palma, protegió a su familia y les heredó sólidos principios en la religión católica, mientras su mamá veía por la educación de sus nueve hermanos, dice.

Muestra con orgullo las fotos familiares que transmiten la pasión de Gabriel por el béisbol. Fue catcher en Los Astros y en Los Delfines en ligas amateurs de Oaxaca y el Distrito Federal.

Los fines de semana iba con sus hijos a ver los partidos en la Ciudad Deportes. El llevaba una gorra de beisbolista y su hijo una manopla.

Margarita es podóloga y tiene un consultorio que atiende con el apoyo de una de sus hermanas. Sus demás hermanos tienen negocios propios, mientras que sus hermanas mayores son amas de casa.

Su forma de ser introvertida cambió, obligada por la vigilancia de las policías estatales y federales, a quienes denunció por acosar a su familia, y por la valentía que le transmite Nadín con quien coordina el Comité "Hasta Encontrarlos", surgido en abril de este año.

Estos doce meses, dice, han sido de aprendizaje. Ahora se entiende con los abogados de la Liga Mexicana para la Defensa de los Derechos Humanos, organizaciones no gubernamentales y funcionarios de la Secretaria de Gobernación, Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) y la Procuraduría General de la República (PGR).

NADÍN

Nadín Reyes Amaya, profesora de preescolar, dejó la Ciudad de México, donde vivía con su madre y su hermano Héctor, para dedicarse de tiempo completo a la búsqueda de su padre. Mi vida, señala, cambió 360 grados.

Fue primero al anfiteatro del Servicio Médico Forense de la ciudad de Oaxaca, donde se presentó a reconocer el cuerpo de un hombre que podría ser Edmundo. Ha recurrido a una centena de organismos nacionales e internacionales, como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Comité Internacional de la Cruz Roja, Amnistía Internacional, Comisión Civil Internacional de Observación, entre otros.Durante un año fue a varias dependencias del gobierno a preguntar por su padre. Después de un año de búsqueda, ya conoce a los agentes policíacos que la vigilan a distancia. "Ellos han tomado muchas fotografías, me tienen intervenido mi teléfono, pero no me importa. Tengo derecho a buscar a mi padre", dice.

Nadín se presentó ante el ex delegado de la PGR, Javier Dovala Molina, quien se negó a recibirle la denuncia penal por la desaparición de su padre.

Ha recorrido los penales de la entidad y está atenta a cualquier hallazgo de los cuerpos que aparezcan dentro del territorio estatal. Durante este año falleció su abuelo, que “se fue con el pendiente de su hijo", lamenta.

Nadín dejó de ver a su padre el 23 de mayo de 2007, cuando salió de su casa en el Distrito Federal para viajar a Oaxaca donde habría de visitar a sus padres. Prometió regresar una semana después, pero esto nunca ocurrió
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Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.