29 may 2008

¿Qué espera el Pueblo Mexicano para Rebelarse?

Machetearte

Por Enrique Cisneros Luján

Para muchos hablar de rebelión suene fuerte, subversivo. Rebelión fue lo que hizo el indio Canek, rebelión fue a lo que llamó Miguel Hidalgo. Rebelión fue lo que encabezó Emiliano Zapata para exigir “tierra y libertad”, rebelión fue lo que sucedió hace dos años en Oaxaca, cuando la APPO encabezó las protestas de ese aguerrido pueblo. La rebelión es un derecho de los pueblos cuando los tiranos sojuzgan, reprimen, asesinan, esquilman, explotan. Rebelión es la respuesta de los pueblos ante las tiranías y las injusticias. Los gobernantes mexicanos van a ser los responsables de la rebelión que se está gestando abajo, en los sótanos de la sociedad, pues los trabajadores son aguantadores, pero cuando dicen ¡ya basta!, es en serio. Al gobierno mexicano se le insistió que si seguían desmembrando el campo se vendría una crisis alimentaria, ya la tenemos encima y en lugar de tomar medidas para apoyar la rehabilitación de los sectores campesinos, lo que hace Calderón es tomar medidas para beneficiar a los grandes productores internacionales y a los “coyotes”. Eso va a calentar aún más el ambiente político condcuiendo al pueblo a la rebelión. A Calderón se le ha dicho una y otra vez que no le mueva con la privatización del petróleo y sin escuchar a pueblo declara que hay que hay que aprobar su reforma energética. Se le ha dejado claro que las medidas que propone hasta nos hacen vulnerables, pues las refinerías gringas (privadas) que quiere construir en México, se convertirán en objetivos de la lucha militar que traen los gringos contra los musulmanes. Pero Calderón no escucha. Seguramente supone que el pueblo no se cansa. Que ni le mueva pues sus medidas privatizadoras fomentarán la rebelión. Privatiza el ISSSTE y para que quede claro que Elba Esther es su aliada, se retrata con ella, ofendiendo a más de un millón de maestros mexicanos. La señora aprovecha para robarse otros millones, descontando dinero a los ya flacos cheques de los jubilados. Esto hace de la rebelión una opción para los que ven que se esfuman sus ahorros. Permite la entrada de transgénicos y con la esperanza de que los militares lo defiendan, aumenta en más del 400 % el presupuesto al ejército. Pero Calderón no ha leído la historia, pues piensa que las rebeliones se ahogan a sangre y fuego, pero se equivoca. La historia de los pueblos y sus rebeliones lo desmienten. Solapa a asesinos como Ulises Ruiz y a pederastas de la calaña del gober precioso (de Puebla); se queda callado ante el robo que se le hace al pueblo dando limosnas a la iglesia, como lo hace el gober piadoso de Jalisco. Cree Calderón que la gente del EPR se va a conformar con las evasivas que le está dando a la exigencia de la presentación de los desaparecidos políticos mediante pláticas simuladas en la Secretaria de Gobernación. Que no se quejen Calderón y sus compinches si nuevas acciones le recuerdan que la lucha armada está lista para acompañar a la rebelión popular. En Chiapas los militares están listos para atacar a los zapatistas, de hecho ya lo hacen con las fuerzas paramilitares ¿supondrán que los indígenas mexicanos que han resistido por más de 500 años, ahora claudicarán? En las montañas, en la selva, los mexicanos del EZLN, los Caracoles, los integrantes de la “otra campaña” se juntan para sumarse a la rebelión. Dentro del mismo ejército mexicano hay patriotas que no están de acuerdo en entregar la soberanía y servir a los generales gringos. Allí también han fructificado las semillas de la rebelión, que avanza y cuando estalle, no habrá armas ni perros que puedan controlar la muy próxima rebelión del pueblo mexicano.

Hace 40 años en Paris se inició una rebelión, que no se extrañen de las rebeliones que se estan gestando actualmente en todo el mundo...
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Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.