28 may 2008

Yucatán a un año de la elección de Ivonne Ortega Pacheco: Un gran circo con migajas de pan.

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Lorena Yomané Aguilar Aguilar

Se ha cumplido un año desde que Ivonne Ortega Pacheco fue electa gobernadora de Yucatán, elección que no dejo de poseer cierta controversia debido a las irregularidades y los gastos excesivos que se presentaron a lo largo de su campaña electoral, los cuales nunca fueron sancionados, además de las dudas que se generaron acerca de si la elección estuvo “tranzada” o no con el gobierno federal.

Una de las principales características que ha tenido este gobierno, en lo que va de su primer año, han sido los despilfarros de dinero público en eventos masivos, a costa de los sectores más marginados del estado, especialmente el campo yucateco que una vez más se ve en el abandono total por parte de las autoridades.

Cuando se llevó a cabo la toma protesta como titular del gobierno yucateco el año pasado ante el pleno del Congreso del Estado, lo que se pudo ver fue el inicio de lo que se avecinaba para el estado: gran circo, con migajas de pan, con un despliegue policiaco fuera de toda proporción.

Los medios de información hablaron “de la gran fiesta popular” y por supuesto ignoraron a los jóvenes que ahí nos encontrábamos manifestándonos por la libertad de nuestros compañeros presos políticos y de los campesinos mayas que han sufrido la especulación y el despojo de sus terrenos ejidales. Por cierto en lo que va del año las necesidades estos últimos han sido atendidas a medias. Solamente en lo más superficial, sin resolver la problemática de fondo, permitiendo que queden en la impunidad los principales responsables del robo de tierras a los campesinos y dejando de cumplir con los acuerdos a los que había llegado con los ejidatarios en pugna.

Otra obra con la que nuestra gobernadora intento lucirse fue el millonario donativo de 93.4 millones de pesos a la Fundación Teletón con el objetivo de que se construya un Centro de Rehabilitación Infantil en Mérida, además de que se comprometió a realizar un pago de 32 millones cada año para dicha fundación. Estos convenios y contratos fueron realizados de manera dudosa a espaldas del pueblo pero disponiendo del dinero que le correspondía al propio pueblo para cubrir necesidades básicas que hasta hoy permanecen desatendidas.

La gobernadora Ivonne Ortega le ha apostado a las obras de “relumbrón” como sus grandes festejos realizados para celebrar el día del niño (a quienes les dedico un mes completo de eventos masivos a costa del erario), a la vez que sectores como el de la educación y la salud, donde más necesita apoyo el sector infantil, permanecen en el total abandono por parte del gobierno estatal. Lo mismo sucedió en el día del maestro y el día de la madre. Puro circo pagado con dinero del pueblo yucateco.

El día 20 de mayo pasado, el gobierno del estado realizó un evento masivo en el Centro de Convenciones Siglo XXI, con aproximadamente 10 mil personas (acarreados del interior del estado en su mayoría) con motivo del primer aniversario de la elección de Ivonne Ortega. Llegaron camiones de todo el estado, principalmente con funcionarios de los municipios, a quienes se les permitió faltar al trabajo ese día; y los empleados públicos que se negaron a asistir al evento se les amenazó con descontarles el día. Hubo comida, música y otros obsequios, todo con cargo al erario.

A un año de haber sido electa, en Yucatán permanecen en el olvido las necesidades más básicas del pueblo como son salud, educación, vivienda; el crimen organizado y la impunidad continúan en aumento. Los compromisos adquiridos con el pueblo de a pie, siendo candidata a la gobernatura, han sido dejados de lado en beneficio de un pequeño sector de privilegiados. Pero tenemos un gran circo con unas migajas de pan.

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Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.