4 jun 2008

Tropa de Elite

La Jornada

Por Melchor López Hernández

Tropa de elite. Película brasileña hecha con fuego, con mucho plomo para regarse en las favelas/barrios periféricos urbanos. Verla rememora de inmediato a Ciudad de Dios en el que se retrata la problemática, entre otras tantas, de la violencia que atrapa a los jóvenes. Ambas desgarradoras. La diferencia es que Tropa es la violencia institucional; es la visión de la policía paramilitar conocida como BOPE (Batallón de Operaciones Policiales Especiales) de Río de Janeiro.

Tropa de elite intensa, loca, pacheca, valemadres. Tropa atrevida. Desafiante. Aterradora. Sin/piedad. Preparada. Mata. Castiga. “Ponle a la parca encima para que aprenda”, parece ser el alma de BOPE.

Tropa con armamento potente lista para matar la relativa tranquilidad de los barrios brasileños bañados de mota y otras drogas. ¿Cuántas muertes se necesitan para que la sociedad/gobierno se percate que la violencia contra la violencia no es la solución a dificultades? ¿Cuánto plomo debe explotar? ¿Cuántas balas deben tronar en el otro para buscar diferente alternativa?

Tropa de elite, del director José Padilha, ganadora de del Oso de Oro en el pasado festival de Berlin, en cartelera. En ella se narra la esquizofrénica-no-lograda-y-podrida forma de buscar soluciones institucionales/policíacas a problemas históricos (pobreza económica, distribución/consumo de drogas consideradas ilegales, entre otras) de la manera más loca: matar. Los hechos violentos que relata la película son la foto de la vivencia/desesperanzadora de los adolescentes en las favelas.

“Mata”. “Aniquila”. “Desaparécelo para que no estorbe”, esencia de BOPE. Consigna de la policía/gobierno para hacerse respetar. “Acábalo”. “No lo dejes vivo”, bandera de BOPE: llenar de muerte a todo aquel que intente toparse de frente al poder institucional.

BOPE, prepárate a la manera pacheca/espartana. Tatúate en un brazo el escudo de armas de BOPE: una calavera atravesada por una daga, con dos pistolas cruzadas de fondo. Sustituye a tu amigo para cumplir una acción filantrópica: comprar/entregar lentes para un chavalo casi ciego sin lana. Los contrarios te cazan/vigilan para atravesarte con fuego. Piensan que eres el amigo al que sustituiste. Confusión. Y te meten plomo. Mueres. No saben que eres BOPE. A los matones les entra terror cuando ven tu tatuaje porque BOPE es el demonio/que/arrastra/sin/piedad. Huyen. Pero no huyen de su temor ante la sed de venganza que cumplirá BOPE. BOPE no soluciona, solo mata/mata/mata Cuando más tiemblan ya esta encima BOPE. Y sin misericordia coloca directo su arma a la cabeza… oscuridad.

Tropa de elite película para ver la maniática visión institucional de resolver problemas: con violencia pura.
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Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.