13 jul 2008

Argumentos sólidos, Policía Comunitaria

Enrique Castillo González - Kaos en la red

A los alumnos de 7o Semestre de DERECHO “Universidad Americana de Acapulco”

Hace algunos días SubProcurador (PGR) Santiago Vasconcelos deslizó una INFORMACIÓN que, bien leída, podría provocar una verdadera oleada de cambios en la forma de Procurar Justicia en este país de Mexicanos; el experimentado Servidor Público dejo saber que existe una gran deficiencia en lo que toca a la “conservación de la escena del crimen”. Con su dicho, Vasconcelos abre una ventana por la que se pueden ver una serie de deficiencias que, en el escenario del Derecho Penal, han fracturado los cimientos del edificio de JUSTICIA, ello en el ámbito federal así como en los espacios de Procuración de Justicia de las 32 Entidades Federativas de este país lleno de Laicos que hablan español.

Más, para no confundirlos y tomando en cuenta que este escribidor conoce de DERECHO tanto como de los pasos correctos para bailar la Jota y/o el tango, me voy a permitir aterrizar, acá en Guerrero, esa idea generada por el Subprocurador Vasconcelos.

Resulta que todos los días, el espectro mediático que cubre este estado deja saber de ejecuciones u homicidios simples, efectuados muchos de estos, en regiones apartadas de la Sierra, Montaña Baja y Alta así como en las dos costas, en los crímenes suele aparecer cartuchería de armas de alto poder regada por el suelo, en las escenas del crimen quedan pegadas como tatuaje las evidencias que podrían llevar a la inmediata captura del o los involucrados, Información que, persé, enriquecería los bancos de datos de los Servicios Periciales y de Inteligencia Policial, pero…¡pero! Por una absoluta ineficiencia del Sistema de Procuración de Justicia, toda esa sabana llena de pruebas y/o evidencias es casi inmediatamente borrada por gente que, sin ninguna preocupación “entra” a la escena del crimen y deshace lo que se pueda leer… dicho directamente, borra todo lo escrito por el criminal dejando ciego, sordo y mudo al criminalista que intenta detectar al o los homicidas

Platicaba con el poderoso Heli, y en la conversación, que ocupaba espacios que iban desde las letras de las canciones de Bob Marley, el surf, hasta el universo del Derecho, Heli me dejó saber lo siguiente “el –Derecho- es como el aire que respiramos, es omnipresente, pero su presencia no se puede captar sensiblemente, por ello, el Derecho, por la inmaterialidad, está rodeado de un halo misterioso”. Hugo, estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Americana de Acapulco, en esa conversación me dejó saber, citando al Deontologo Víctor M. Pérez Valera “algunas concepciones del Derecho lo identifican como el culto de la ley y con su completa estatización, aun en el llamado Estado Democrático este se constituye en un aparato del poder que se basa en el mito de la voluntad popular, definitivamente esto no es -voluntad popular- pues esa voluntad nunca estaría de acuerdo con el uso que el aparato del poder le da a eso intangible llamado derecho”.

Definitivamente los Estados del Sur-Sureste Mexicano cada día se van deslizando más hacia el limbo, los Gobiernos les ponen la etiqueta de “haya se gobiernan por usos y costumbres” y los alejan de todos los presupuestos, Hugo Heli me dice “Para el pueblo en general, las leyes son indiscutibles, inobjetables, imperativos que se deben cumplir servilmente ..Por tanto el hombre de la calle, y de la sierra, la costa y la montaña, se siente lejos del Derecho. Más cuando el Estado esta facultado por ese Derecho sencilla e inmediatamente le da por utilizar la Fuerza Opresora”

Y es esperanzador escuchar que un cuasi abogado te dice… “Bien escribe Erich Kausfmann -el Estado no crea el Derecho, el Estado crea leyes y el Estado y las Leyes están bajo el Derecho- porque el Derecho ahí está, toca a la gente de la calle” luchar por su permanencia.

Lo cierto es que en las mentes de aquellos seres que solemos llamar “locos” vive el espíritu de la VERDAD, con tan solo leer lo que Franz Kafka escribe del uso que los de arriba le dan al Derecho lo difícil se vuelve sencillo lea “Nuestras leyes no son conocidas por todos, son un secreto de un pequeño grupo de aristócratas que nos dominan. Esto no se dice con odio hacia la Aristocracia, en absoluto, en realidad nos odiamos a nosotros mismos ya que aún no somos dignos de la ley.”

Pero deje que la espiral llegue hasta donde kaosenlared suele llevarnos en cada una de sus tareas paraperiodisticas y contrainformativas, resulta que en Guerrero, desde hace más de 12 años se desliza por el territorio donde convive “el hombre de la tierra lejana” una fuerza policial bien llamada Policía Comunitaria, esta fuerza es producto de un sui generis sincretismo, se toman de sus “usos y costumbres” del neomilitarismo (algunos de ellos alguna vez fueron o quisieron ser soldados) y, siguiendo a un líder de su comunidad forman Cuerpos de Seguridad Rural. El asunto inició sobre las rodillas, pero ahora, a 12 años de iniciados en ese oficio, lo cierto es que se han logrado organizar casi profesionalmente.

El asunto es que fuera de su universo, a la Policía Comunitaria toda autoridad policial los ve con animadversión, expresiones desde “esos chingaos campesinos que se creen Policías” hasta estudios serios que señalan a esos grupos como fuera de la ley, estas mismas voces buscan generar opiniones adversas con el fin de que, cuando EL ESTADO actúe, usando lo que ellos llaman la “VIOLENCIA LEGAL” el espectro mediático diga “se los dije”, Heli me dice, luego de mi reflexión hecha entre el humo de un fornido Coiba “Al hombre de la calle (aquí se lee tambièn -el campesino- de nada le vale aducir la ignorancia de las leyes inciertas, oscuras y enredadas, redactada con jerga cabalística ininteligibles y, en el mejor de los violando las leyes de gramática.”- Ultimo Patrullaje.- La Policía comunitario, fuera de leguleyos argumentos, ha resuelto problemas de la vida cotidiana que los libros no han logrado con su teoría. De hecho, ha desenmarañado satisfactoriamente y bajo preceptos comunal-populares el acertijo de la seguridad que tanto preocupa a la derecha; pero, esta vez, no lo es con mayor represión sino con organización desde abajo. Esta experiencia es, además, seguida de cerca -en cuanto experiencia organizativa- por propios y extraños con esmerada atención. (Ni los GA dejan de observar como se desarrolla.) Si en algún futuro momento las pinzas se ciernan sobre el puerto vía Chilpancingo ("Punto de Aplauso"), por el norte o sur del estado, la cuestión de la Policía Comunitaria será una de las fronteras más fuertes a sortear por las fuerzas de la reacción; pues omitir esta experiencia es, sencillamente, imposible. Y sino, ahí están los resultados concretos.- Balazo al aire.- El hombre de la calle tiene que sufrir resignadamente la ineficiencia de los “servidores públicos”
--------------------------------------------
Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.