30 ago 2008

¡Ay! ¡Disculpen por aquel asuntito de la esclavitud!

Mumia Abu Jamal

El hecho de que [la disculpa] se haga ahora...nos da una idea de que tan arraigada está la esclavitud en la consciencia estadounidense...

Hace unos días la Casa de Diputados de Estados Unidos aprobó por mayoría una resolución disculpándose por la esclavitud. El Senado todavía no ha promovido semejante iniciativa y probablemente no tiene la menor intención de hacerlo.

El hecho de que se haga ahora, unos 143 años después de que la esclavitud fue prohibida por la Constitución ––fíjense que dije “prohibida” y no detenida, porque los historiadores y académicos han revelado que el comerció continuó en la clandestinidad durante muchísimos años, un poco como la venta de drogas hoy día––, nos da una idea de que tan arraigada está la esclavitud en la consciencia estadounidense, y qué tan vacía está la disculpa en vista de todo lo que ha sucedido durante el siglo y medio después del fin de la Guerra Civil.

Es como robarle a alguien, engordarse y enriquecerse con la riqueza robada, y luego ver a aquella persona en la calle ––ahora sin techo, indigente y hambrienta–– y aventarle cincuenta centavos (excepto que la resolución aprobada por la Casa de Diputadas ¡ni siquiera le ofrece los cincuenta centavos!).

Como nos enseño el gran historiador negro J. A. Rogers, especialmente en su libro El regalo de África para Ámerica, (Africa's Gift to America, 1961), la riqueza de los Estados Unidos se construyó a base de la esclavitud africana. No hace falta buscar más allá de los escritos del brillante joven W.E.B. DuBois, quien publicó su tesis doctoral en 1896 titulado “La supresión de la trata de esclavos africanos en los Estados Unidos de América: 1638-1870”. Citando una fuente contemporánea, DuBois explicó: "El número de personas dedicadas al comercio de esclavos, y la cantidad de capital en juego, rebasan nuestra capacidad de cálculo. Hasta hace poco (1862), la ciudad de Nueva York era el primer puerto mundial para este infame comercio..." [p. 179].

Los siglos de esclavitud; la destrucción intencional de familias, tribus y naciones; la gente arrancada de sus religiones, sus clanes, sus parejas, sus hijos, sus tierras y todo lo que conocía y amaba ––durante siglos–– para construir y enriquecer una nación de extranjeros que impusieron las prácticas de esclavitud durante cien años después de su supuesta abolición para consignar a los nietos y nietas de esta gente a las amargas media-vidas de deficiente educación, vivienda de mala calidad, servicios de salud de segunda categoría, subempleo, las crueldades del encarcelamiento masivo, y un cínico sistema judicial y político que nunca deja de practicar la supremacía blanca (sin etiquetas)...

Claro que sí, una disculpa política debe ser suficiente para cubrir todo eso.

Desde el corredor de la muerte soy Mumia Abu-Jamal
Escrito 9 agosto 2008
Derechos reservados 2008 Mumia Abu-Jamal
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción: Amig@s de Mumia, México
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Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.