24 ago 2008

Medalla de Oro para la Falta de Apoyo

Machetearte

Por: Iván H.

Estamos ya en la recta final de agosto y con ello el fin de los XXIX juegos olímpicos, y para variar, los resultados obtenidos por los deportistas mexicanos no han sido los esperados por la afición nacional. Olimpiada tras olimpiada los deportistas mexicanos se ven en la terrible situación de competir como nunca, pero perder como siempre. Desgraciadamente, los deportistas mexicanos se enfrentan con el más grande (y grave) de los obstáculos: la demagogia y la burocracia que golpea (y fuerte) en las instituciones del deporte.

Lamentablemente este tema siempre se trata justo en los momentos posteriores a los resultados poco favorecedores, momento en el cual todo mundo habla sobre la necesidad de mayores inversiones en infraestructura, apoyos e incluso incentivos para los deportistas nacionales, comentarios que pasada la euforia y la adrenalina de los juegos, se olvidan y como palabras que quedan, son llevadas por el viento: meses después de los resultados poco satisfactorios y de las múltiples quejas, nadie se vuelve a acordar de estas carencias hasta que regresan los eventos de clasificación para obtener pases hacia los siguientes juegos.

Y ahora resulta que para “ayudar” a los deportistas, los grandes monopolios de nuestro país pretenden quedar bien mostrando un poco de supuesto interés y les brindan apoyos económicos a los más destacados en cada una de las disciplinas.

Menudo apoyo el que les dan a posteriori, ya que de este apoyo del que tanto se jactan, en algunas ocasiones (si no es que en la mayoría), quedan como más palabras que se quedan flotando en el aire. Basta ver la terrible situación económica en la que la mayoría de los deportistas viven día con día para darse cuenta de la falta de apoyo y la aún más urgente necesidad de búsqueda de verdaderos compromisos de las instituciones deportivas en nuestro país, ya que no basta únicamente con llevarlos a las justas deportivas y darles uniformes (y en algunos casos ni eso, basta recordar al ciclista cuyo uniforme no le quedó y que se estaba descosiendo o las participantes de voleibol femenil a las que ni siquiera les dieron).

En suma, es necesario replantear la necesidad de una verdadera comisión y de un equitativo Comité Olímpico nacional que apoye firmemente y en todos los sentidos a los deportistas, y no nada más intente justificar los errores. Además, es necesario reconocer que las pocas medallas que se han obtenido no solamente en estos juegos olímpicos, sino desde hace ya varias ediciones, tiene un gran valor para quienes verdaderamente las ganan: aquellos deportistas que con grandes esfuerzos y sacrificios logran llegar a la meta por su propia cuenta, buscando obtener recursos que las instituciones nacionales les niegan.

Y sin embargo, es digno de reconocer que nuestros deportistas hayan llegado a los juegos aún con las carencias, porque después de todo, el esfuerzo que hacen no es más que de ellos, la Conade y el Comité Olímpico Mexicano no son más que máscaras de parafernalia que se aprietan los nudos de las corbatas y viajan todos en bola para (según) apoyar a los olímpicos mexicanos, gastando recursos que pudieron haber sido destinados para el apoyo de los deportistas y atletas mexicanos.

Por cierto, quedamos (hasta la fecha de cierre de esta edición), en el lugar 47 del medallero olímpico…

--------------------------------------------
Un revolucionario es, sobre todo, un humanista, alguien que apuesta al libre desarrollo de la personalidad, y que reconoce en la revolución el medio para construir las condiciones de la libertad.